miércoles, 11 de febrero de 2009

La felicidad es un arma tibia o su fría temple en la mañana

El reloj se hizo añicos contra la pared de arena.
La abuela lo barrio
para que nadie se cortara las piernas
ese mismo día.

En la ac e r a
el sol se refleja dentro de la casa
en los pequeños tramos de vidrio;
la abuela los mira
como si no conociera
qué es la cu
l
pa.

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